lunes, 11 de enero de 2010

ASÍ ES UNA CONSULTA PRIVADA CON MARILYN

La media hora que dura una consulta con Marilyn es preciosa. Preciosa porque es bonita y porque es única. Después de escuchar el nombre de la persona que tiene delante, Marilyn hace una pequeña oración para contactar con los espíritus y luego habla.
Dice lo que ve y lo que oye, a veces hasta lo que huele, sólo las cosas que ella considera más importantes, con mayor significado para el consultante. Contacta con los guías espirituales, con los seres queridos, trae del otro lado información básica que quien la escucha puede reconocer de inmediato.
Cuando ella termina, se abre el tiempo de preguntas. De preguntas importantes. Ir a una consulta de Marilyn no es como echarse las cartas o leerse la mano (sin querer quitar mérito a estas otras mancias). Marilyn no responde si nos va a tocar la lotería, Marilyn va al fondo de las cosas. A traer información de lo que el más allá sabe y puede sernos útil para seguir adelante, para resolver un problema, para conocer el porqué de algunas de las cosas que no entendemos por qué nos pasan.
De la consulta de Marilyn se sale contento, con ánimos renovados, y con respuestas en el corazón.

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